¿Quién fue Michal Kalecki?
*Por Victoria Ríos y Lucas Sanchez
Michal Kalecki fue un autor excepcional. No respondió a ninguna escuela de pensamiento nacional ni de la época, y su producción no puede ser encasillada en una única doctrina económica. Su punto de partida fue el esfuerzo por entender el sistema capitalista de su época y el de los países subdesarrollados.
Hijo de Abraham y Klara Kalecki, nació el 22 de junio de 1899 en la ciudad de Lodz, Polonia. El origen genealógico de la familia Kalecki proviene de un grupo de trabajadores migrantes judíos del pueblo Kalety -lugar del que adoptaron su apellido- en el noreste del, por aquel entonces, Reino de Polonia. Si bien al momento de su llegada, las personas de ascendencia judía constituían un grupo relativamente pequeño en el país, con la migración tuvo lugar la asimilación. La familia de Kalecki no practicaba ninguna religión y Michal se reconoció públicamente como judío por primera vez en 1930, en respuesta al anti semitismo en ascenso de la época.
El padre de Kalecki era dueño de una fábrica de hilados que debió cerrar sus puertas en 1911 a causa de las agitaciones revolucionarias que tuvieron lugar a partir de 1905, primero en Moscú y luego en Lodz. Luego de estos acontecimientos y de las dificultades económicas de la época, el paisaje industrial de esta ciudad nunca volvería a ser el mismo.
Michal Kalecki sufrió distintas dificultades económicas que hicieron que tuviera que abandonar sus estudios en distintas ocasiones. En 1929, consiguió un empleo estable en el Institute for the Study of Business Cycles and Crises en Polonia. Fue en este instituto donde Kalecki desarrolló su interés por la economía. En 1936, viajó a Estocolmo con una beca de la Rockefeller Foundation para estudiar la teoría del crédito de Knut Wicksell. Allí conoció la publicación de la Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero (La Teoría General) de John Maynard Keynes. De acuerdo con los testimonios de Joan Robinson, cuando Kalecki se enteró del éxito de la Teoría General y viendo las similitudes con sus propios estudios, se deprimió al punto de pasar una semana en cama. La esposa de Kalecki, por su parte, en respuesta a Robinson, admitió que, si bien el revuelo por la obra de Keynes afectó a su marido, aquella afirmación era, sin lugar a dudas, una exageración de la economista.
Asombrado por la Teoría General y por cómo la Universidad de Cambridge se constituía en el nuevo centro de discusión económica, se radicó allí con el objetivo de continuar con sus investigaciones. Por este motivo, Kalecki, tomó contacto por primera vez con Joan Robinson para discutir el concepto de “desempleo encubierto” acuñado por la autora. A Joan Robinson le parecía increíble el entendimiento que Kalecki tenía sobre la Teoría General considerando que se trataba de una persona que no había sido formada en Cambridge. Tal fue su sorpresa que se encargó de presentárselo a Keynes inmediatamente . El primer encuentro entre Keynes y Kalecki fue una merienda en la casa del matrimonio Keynes a la que también asistió la esposa de Kalecki.
Cuando se venció la beca Rockefeller, Keynes se encargó de conseguirle un empleo a Kalecki en el National Institute for Economic and Social Research. Gracias a eso Kalecki pudo continuar con sus investigaciones y su vida en Cambridge.
Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Kalecki se mudó a Oxford y trabajó en el Instituto de Estadísticas. Durante ese tiempo, escribió sobre la planificación económica y el financiamiento de la guerra. Hacia el final del conflicto bélico, sus trabajos sobre el sistema monetario y financiero de la posguerra fueron auspiciados por la Organización de las Naciones Unidas. Y fueron esas discusiones las que llevaron a Kalecki a trabajar para el organismo en temas de pleno empleo e inflación. Para ello, se radicó en la ciudad de Nueva York y, a través de este trabajo, pudo desarrollar sus teorías acerca de las economías en desarrollo y economía socialistas.
A pesar de haber sido uno de los economistas más importantes de su época, Kalecki no obtuvo el reconocimiento que hoy se le adjudica. Comenzó a publicar en inglés a partir del año 1936 y no fue hasta la Segunda Guerra Mundial cuando su trabajo cobró relevancia en la discusión macroeconómica. De hecho, gran parte de la visibilidad que adquirió la obra de Kalecki, se debe a la atención que dedicó Keynes a algunos aspectos de su obra, en particular, a su teoría del salario.
Si bien la relación entre Keynes y Kalecki resultó tensa, aún desde antes de conocerse, dicha tensión tuvo un punto de inflexión en el año 1938, consecuencia de una serie de discusiones sobre el trabajo estadístico de Kalecki. A partir de este momento, la relación entre ellos nunca se recuperó y tampoco lo hizo el vínculo de Kalecki con el círculo keynesiano de Cambridge. Por un tiempo, los únicos amigos que mantuvo fueron Maurice Dobb y Piero Sraffa, de hecho, el distanciamiento, incluyó a Joan Robinson. No obstante, y a pesar de las discusiones con los economistas de Cambridge, Keynes le asignó los derechos para traducir la Teoría General al polaco sin cargo alguno. Un hecho curioso es que Kalecki realizó el trabajo de traducción hasta el capítulo 18. El capítulo 19 de la Teoría General, sobre salarios reales y nominales, según Kalecki tenía un error argumental y, aunque Keynes admitió que no había sido claro en esa parte de la TG, nunca hubo una conclusión conjunta al respecto. Finalmente Kalecki escribió una crítica del capítulo en polaco, para que Keynes no se enterara.
Pensamiento Económico
Existe un debate acerca de que Kalecki anticipó, en cierta manera, la Teoría General de Keynes. Este argumento fue sostenido públicamente una vez fallecido Keynes en 1946 únicamente por Joan Robinson, aunque Kalecki también lo reconocía pero solo de forma privada.
Es posible identificar las similitudes que Kalecki y Keynes tuvieron en su pensamiento económico. La primera es que en la economía capitalista, el producto y el empleo están determinados por la inversión. En segundo lugar, la inversión toma un rol activo en la economía mientras que el ahorro toma un rol pasivo. Finalmente, contrariamente a la visión neoclásica y marxista-ricardiana, ambos argumentaron que un incremento salarial podría aumentar el nivel de empleo en vez de reducirlo.
Sin embargo, las similitudes entre Keynes y Kalecki no deben desviar nuestra atención sobre sus diferencias. Keynes era un poco más entusiasta acerca de la posibilidad de que, a través de políticas públicas, se pudiera llegar al pleno empleo. Kalecki fue mucho más escéptico al respecto, caracterizando al desempleo como la situación normal del capitalismo. Presenta, en este aspecto, cierta concordancia con Marx, ya que utilizó el concepto de ejército de reserva. Además, a diferencia de Keynes, Kalecki se ocupó de los problemas de los países en desarrollo y señaló el problema del desarrollo económico como un problema de tipo financiero. A contramano de las doctrinas que aseguran que en los países subdesarrollados hay restricciones de ahorro, Kalecki destacó que la restricción es de financiamiento.
Podemos advertir en Kalecki una caracterización del desarrollo como un proceso social. Una visión que identifica este proceso con cambios sociales de carácter estructural y no con la receta clásica de aumentar las dotaciones del vasto conjunto de individuos que interactúan en el mercado. De esta manera, en el siglo XXI y particularmente por la crisis internacional actual, el pensamiento de Kalecki debe recobrar vigencia.
En síntesis, Kalecki fue un economista distinto a sus colegas de la época. A pesar de haber llevado a cabo un complejo y minucioso estudio de la economía, teórico y empírico, su pensamiento fue radical en el sentido de que no requirió la aceptación ex-ante de premisas o supuestos iniciales ni se enmarcó en una doctrina económica establecida. Esto que se dio de forma casi natural en Kalecki, a la luz de nuestros días, es algo fuera de serie, considerando que la economía se convirtió en una disciplina dividida en escuelas de pensamiento que se identifican con doctrinas y argumentos que no son cuestionados.
Una época degenerada
Es interesante la amistad que se generó entre Kalecki y Joan Robinson. Como ya mencionamos, su primer encuentro fue en 1936. Joan afirmaba que luego de haber hablado personalmente con Kalecki, se preguntaba si era él o era ella misma la que estaba hablando. Su relación e intercambio la condujo a ser la principal defensora del descubrimiento independiente de Kalecki de las proposiciones de la Teoría General de Keynes. De hecho, posteriormente llegó a afirmar:
“Kalecki no hizo ningún reclamo público sobre su descubrimiento independiente de la Teoría General. Me propuse tocar su trompeta por él, pero a menudo me encontré con escepticismo … Al final de su vida, Michal me dijo que sentía que había hecho bien al no reclamar rivalidad con Keynes. Solo habría conducido a un tipo de discusión aburrida. Quizás el escepticismo sobre mi reclamo por él se debió a la dificultad de creer que alguien fuera capaz de tomar esta línea alta en nuestra época degenerada “
Con esto último, no podemos afirmar a qué se refería exactamente. Sin embargo podemos pensar varios puntos en la vida de Kalecki que dan pie a nombrar su época como degenerada.
En primer lugar, en 1954, Kalecki publicó la Teoría de la Dinámica Económica que fue una síntesis final de su teoría sobre el funcionamiento del capitalismo. Allí, compiló sus primeros trabajos. Lo que llama la atención es que en este volúmen final hay un giro metodológico bastante pronunciado dado que perdió muchas referencias al antecedente intelectual de su teoría en el trabajo de Marx y Rosa Luxemburgo, concentrándose más en supuestos formales y contrastación empírica. Según afirma Toporowski, esto no fue al azar sino que existieron motivos políticos y metodológicos. Por un lado, la guerra fría, ya que referirse a Marx y Luxemburgo y criticar el funcionamiento del capitalismo se volvió algo imprudente entre los economistas. Por otro lado, el ascenso del formalismo matemático y la econometría, nada más ni nada menos que un producto mismo de la revolución keynesiana que dirigió la atención hacia las variables agregadas. La economía perdía así sus raíces que se centraban en las relaciones de producción y los acuerdos políticos y sociales que determinaban la distribución en el capitalismo.
En segundo lugar, al leer la caracterización de Joan, es difícil no pensar en hechos puntuales que vivió Kalecki de discriminación y persecución. Uno de ellos remite a cuando Kalecki trabajaba en la ONU, en el contexto de la guerra fría. Las relaciones internacionales con sospechas de infiltraciones y hostilidades se hicieron presentes también en el organismo. Kalecki se convirtió en un objeto de sospecha, dada su postura de tomar a la información del World Economic Report sobre los nuevos gobiernos comunistas como información certera a analizar y no como mentiras y propagandas. Más tarde, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) comenzó a investigar a “presuntos comunistas norteamericanos”. Para 1949 le habían abierto un archivo a Kalecki. Fueron registrados todos sus movimientos, opiniones y contactos personales. Dos años más tarde se había identificado un grupo “pro-comunista” y “pro-rusia” que operaba dentro de la ONU. Kalecki estaba identificado como miembro y su mención en los informes estaba siempre junto a las palabras “marxista” e “izquierdista”. Si bien Kalecki pudo continuar en su puesto dentro del organismo, su trabajo pasaría a estar supervisado por una Junta Directiva. En 1955 luego de que se lo comunicaran, renunció. Fue la gota que rebalsó el vaso y según dijo, no podía tolerar las intenciones de limitar su intelecto, su trabajo y sus influencias.
Este no fue el único hecho de persecución y discriminación que atravesó Kalecki. Ya en los años ’60, se encontraba en Polonia. La situación política, económica y social en el país se empezaba a deteriorar. En ese contexto emergió una facción nacionalista en el Partido Obrero Unificado, que culpaba a los judíos-comunistas, que regresaban a Polonia desde Moscú, de los “excesos” estalinistas y la mala gestión económica. El líder del partido gobernante, enojado por el criticismo de intelectuales y profesores, entre los que se encontraba Kalecki, y debilitado políticamente por las dificultades económicas formó una alianza con dicha facción. Todo aquel que tuviera orígenes judíos debía ser sospechado por el Estado Polaco. De nuevo, Kalecki fue un blanco fácil. Hubo una verdadera purga dentro de las oficinas del Estado. Se repartieron listas de trabajadores judíos que debían ser despedidos y expulsados del país. El Comité Central del Partido expresó en una conferencia de mayo de 1968 su molestia con las críticas de Kalecki y su círculo académico. Por un lado, el formalismo matemático de Kalecki era acusado de revisionismo marxista. Por otro, se le acusaba de tomar herramientas de la “economía burguesa” para estudiar el fenómeno económico, todo con el objetivo de debilitar al socialismo. Kalecki decidió renunciar, como muchos de sus colegas, a la Escuela de Planificación y Estadísticas en la cual se encontraba trabajando ese año. Solo la mujer encargada del guardarropas del edificio se despidió de él, según declaró tiempo más tarde.
Kalecki ya tenía casi 70 años y su salud se encontraba en condiciones frágiles. El 17 de Abril de 1970 sufrió un ataque cardíaco y murió al día siguiente.
“Kalecki murió como vivió” destaca Toporowski en su segundo volumen biográfico. Murió junto a su esposa pero relativamente aislado, con personas que a lo largo de su vida se acercaron a él por sus ideas y no por su personalidad. Sin herencia material, sin ventajas de clase, sin una red institucional o política que lo contuviera. Su aparente soledad fue la principal y próxima causa de sus decepciones profesionales. Toporowski agrega, y suscribimos, que esa forma de vida no fue en vano. Le otorgó a Kalecki una ventaja: una postura crítica y escéptica que está ausente en las ideas de los demás pensadores económicos reconocidos, ninguno de los cuáles ha logrado tanto únicamente a través del intelecto.
Para finalizar, queremos dejar en claro que, en nuestra opinión, Kalecki no recibió el reconocimiento que se merece, de hecho fue bastante ignorado y lo sigue siendo en la academia. Es un autor que solamente escuchamos mencionar, si tenemos suerte, en alguna materia de forma aislada en la carrera de Economía. Citando a Joan Robinson nuevamente
“en los Estados Unidos, la teoría de Keynes se fundió y moldeó en una síntesis neoclásica, pero Kalecki resultó ser indigerible y simplemente fue ignorado. Ahora que la desilusión con la síntesis se está instalando, tal vez finalmente sea hora de escucharlo.”