Rosa Luxemburgo. Mujer de economía, crítica y revolución
*Por Victoria Ríos
Rosa Luxemburgo nació en una familia judía en 1871 en Zamosc una ciudad chica de Polonia perteneciente en ese momento a la Rusia zarista y fue asesinada en 1919 en Berlín. A favor de los derechos de las mujeres, socialista, marxista y crítica, tuvo muchos aportes en la economía que siguen vigentes.
Dos años después de su nacimiento, Rosa se trasladó junto a su familia a Varsovia, donde mejoraron sus posibilidades tanto económicas como en términos de educación. Rosa se enfermó y los médicos le diagnosticaron tuberculosis, que, en realidad era una inflamación de la cadera que no fue tratada correctamente. Por ello es que quedó con una pequeña cojera de por vida, lo que hizo también más fácil su identificación. En la familia de Rosa fue muy importante la educación. Sus estudios la hicieron conocer los escritos de Adam Smith y sus inclinaciones la llevaron a los de Marx y Engels. Ella creía que la economía política podría y debía cambiar el mundo. En su periodo de estudio, se involucró temprana y activamente en la política y, aunque consiguió aprobar meritoriamente sus exámenes, se le negó el reconocimiento público de sus logros, se decía que “por su actitud rebelde hacia las autoridades”. En Varsovia, Rosa colaboró en la Federación de Trabajadores Polacos pero la policía la persiguió y debió huir a Zürich. Allí, se convirtió en una emigrada estudiante en un tiempo en el que las ideas socialistas estaban en su punto álgido. Conoció luego a Leo Jogiches, con quien entabló una relación amorosa hasta casi el fin de su vida. Trinscado Aznar afirma que entre ellos hubo diferencias de criterios en cuanto a la organización de la revolución: Jogiches era “todo organización” y Rosa era “todo desorganización” y, si bien sus vidas profesionales y personales quedaron entrelazadas, su relación empezó a deteriorarse con el éxito profesional de Rosa, algún tiempo después. Ambos compartieron la redacción del nuevo Partido Socialista Polaco (1893). En Zurich, Rosa aprovechó para estudiar ciencias políticas y doctorarse en Filosofía y Derecho, en 1897, con su tesis El desarrollo industrial de Polonia, su primera contribución a la economía. Consiguió inmediatamente su publicación y que fuera reseñada en Alemania, Polonia y Rusia. Cuando acabó sus estudios, Rosa Luxemburgo se trasladó a Berlín, centro del movimiento socialista. Para conseguir la ciudadanía alemana y evitar la deportación, contrajo matrimonio con el hijo de un amigo, aunque, que sepamos, nunca vivió con este marido de conveniencia, y siguió su relación con Leo Jogiches. Y es aquí donde comienza su historia aún más activa y abarcativa de debates y críticas.
Militancia, persecución y críticas a la revolución
Rosa comenzó a trabajar en la socialdemocracia alemana, donde su condición de mujer también despertó oposiciones. La socialdemocracia alemana anclaba toda su actividad en obtener reformas burguesas frente a un Estado que la seducía con tomar medidas democráticas. Rosa Luxemburgo fue la voz que más se escuchó confrontativamente “mientras que la revolución es el acto de creación política de la historia de clase, la legislación, bajo distintas formas, no es otra cosa que el vegetar político de la sociedad”
Fue líder de los asuntos de los partidos polaco, ruso y alemán, organizadora de actividades de masa, defensora de las huelgas, y escritora en varios periódicos. Enfrentó con sus ideas a los máximos dirigentes marxistas, incluyendo al mismísimo Lenin debido a que se oponía con sus argumentos a la expansión con las mismas características que tuvo la revolución bolchevique a otras partes del mundo. Después de 1905, Rosa Luxemburgo se trasladó a Polonia, donde fue detenida por haber tomado parte en la insurrección contra el Gobierno zarista. Allí, se le plantean los temas que serían más característicos, como son la cuestión del espontaneísmo de la clase obrera y el de la organización, puntos en los que se enfrentó sistemáticamente a Lenin. Ella rechazaba la idea de centralismo extremo. Esos debates están reflejados en el artículo de Rosa “Cuestiones de organización de la socialdemocracia” y de Lenin “Un paso adelante, dos pasos atrás” (1904) y también en el “¿Qué hacer?” (1902). Rosa buscaba la iniciativa creadora de las masas aunque reconocía el rol esencial de la organización revolucionaria pero, a la vez, desconfiaba de su rol conservador y su inercia burocrática. Veía la espontaneidad como la forma revolucionaria de oponerse a esa burocracia sindical. Según ella, la acción revolucionaria debía pasar por un auténtico movimiento de masas y no por el estrecho marco del aparato del partido socialdemócrata y de los sindicatos. En este sentido, los líderes, sólo deberían ser las partes que hablan. Rosa Luxemburgo elaboraba entonces una estrategia de la revolución, con hincapié en el hecho de que el desarrollo intelectual del proletariado era ilimitado: “Lo más precioso, por duradero, de esta rápida pleamar y bajamar de las olas es su sedimento mental, el desarrollo intelectual y cultural del proletariado”
Para 1908 la socialdemocracia alemana conseguía 600.000 votos con los que lograba 6 diputados. En 1914, ya iniciada la Primera Guerra Mundial, 110 diputados socialdemócratas aprobaron los créditos de guerra y sólo Karl Liebcknecht se opuso. Así fue el comienzo de una fuerte campaña antimilitarista de Rosa, que años más tarde llevaron a la fundación de la liga Espartaquista dentro del Partido, junto a Liebknecht, Mehring y Warski. A su vez, Rosa fue testigo de muchas deserciones y traiciones. En plena ola patriotera Karl Liebcknecht queda sin inmunidad parlamentaria y es encarcelado (1916). Rosa y Mehring también. En un motín en 1918, cuando comenzó la revolución alemana y el desplome del régimen imperial, las masas revolucionarias llegaron a las puertas de la prisión de Breslau (Polonia) y liberaron a Rosa Luxemburgo. Luego, fundó el Partido Comunista Alemán (KPD), que, un año más tarde, organizaría la insurrección armada de Berlín. El 14 de enero de 1919, Rosa escribió El orden reina en Berlín, apelando de nuevo a la revolución en ese orden posbélico. Muchos revolucionarios estaban siendo arrestados y se había decidido golpear la cabeza del movimiento, por lo que buscaban activamente a los dirigentes revolucionarios. Varios abandonan la capital, pero Liebknecht y Rosa Luxemburgo permanecen en Berlín. Cuando estaba escondida en el apartamento de un amigo, el 15 de enero de 1919, fueron arrestados por un grupo local paramilitar. Ella fue arrastrada al coche y golpeada. La mataron con un disparo en la cabeza y tiraron su cadáver a un canal, donde fue descubierto meses después tan mutilado que era casi imposible reconocerla. La versión oficial, sin embargo, fue que Liebknecht había sido disparado en un “intento de fuga” y Rosa linchada por la muchedumbre enloquecida.
Debates y economía
Rosa Luxemburgo fusionaba la acción política con la teoría y la militancia con el pensamiento. Los debates y críticas que planteó no carecían de profundidad. En 1906, el Partido Social Demócrata Alemán (SPD) fundó una escuela en Berlín y en 1907 escogieron a Rosa como profesora de economía política. Dio clases a trabajadores y personas del partido que sabían poco del marxismo teórico. Las clases de Rosa eran muy populares y en ella criticaba y ridiculizaba a distintos profesores de economía y a las mismas definiciones que ellos daban. En su manuscrito de ¿Qué es la economía? se puede dar cuenta de ello también:
“La economía es una ciencia muy particular. Los problemas y las controversias aparecen apenas se da el primer paso en esta rama del conocimiento, apenas se plantea la pregunta fundamental: de qué trata esta ciencia. El obrero común, que tiene sólo una idea muy vaga de qué es la economía, atribuirá su falta de conocimiento a una deficiencia en su educación general. Pero en cierto sentido comparte su perplejidad con muchos estudiosos y profesores eruditos, que escriben obras de muchos tomos sobre el tema de la economía y dictan cursos de economía a los estudiantes universitarios. Parece increíble, pero es cierto: la mayoría de los profesores de economía tienen una idea muy nebulosa del contenido real de su erudición”
A Rosa Luxemburgo le gustó tanto la materia que empezó a escribir un libro para apoyar sus lecciones, Introducción a la economía política publicado finalmente en 1925 después de su muerte. Fue durante este tiempo que Rosa encontró dificultades en los trabajos de Marx que no pudo resolver. Para ella, Marx no probaba satisfactoriamente que el capitalismo puro podría continuar creciendo en un mundo totalmente capitalista. En particular, el problema que se encontraba era el incentivo a la inversión. Según Joan Robinson, Rosa había explorado casi por vez primera temas tan importantes en la economía como el incentivo a la inversión y había creado una teoría del desarrollo dinámico del capitalismo, dando especial importancia al crecimiento de la demanda efectiva, con lo que anticiparía los modelos de crecimiento del siglo XX.
En 1913 Rosa publicó La acumulación de capital: contribución a una explicación económica del imperialismo y más tarde tras la Primera Guerra Mundial, un segundo volumen titulado La acumulación de capital, o lo que los epígonos han hecho de ella. Una anticrítica. El principal contenido fueron debates con otros economistas sobre el tema colonial como Quesnay, Marx, Smith, Ricardo, Malthus, Say, MacCulloch, Sismondi, Rodbertus y Von Kirchsmann. Como Marx, Rosa critica a los clásicos y principalmente a la Ley de Say. De todas formas, Rosa consideraba que el análisis de Marx en El Capital era incompleto y fue la primera en ir más allá de estos enfoques, propiciando un análisis de toda la dinámica de la reproducción para un abordaje más abarcativo. Otro tema importante que desarrolló fue el de las crisis, que también generó disputas en el marxismo. En la época de Rosa se discutía intensamente cuál era el desequilibrio principal del capitalismo. Ella integraba la corriente subconsumista que recordaba que un sistema basado en la explotación no generaba la demanda requerida para su propio funcionamiento. Consideraba entonces que el capital emigraba de un país a otro para contrapesar la insuficiencia del consumo insuficiente y situaba los límites del sistema, en el agotamiento de los mercados no capitalistas.
Rosa Luxemburgo fue muy crítica con la forma de actuar de los marxistas y con las teorías de Marx, demostrando una libertad de pensamiento superior a la de sus contemporáneos. Fue una de las primeras mujeres en hacer eco en la economía, discutir sin que le temblara la voz, pisar fuerte y ser reconocida por sus pares, aunque no por eso no tuvo trabas y cuestionamientos. En la actualidad poco se la reconoce académicamente en la carrera de economía (sobre todo por fuera de las discusiones dentro de la teoría marxista). Sin embargo, nos dejó un gran legado lleno de debates para pensar la actualidad, en particular para América Latina, en relación al imperialismo y el endeudamiento, a las crisis y mismo sobre la definición de la ciencia económica.